Descripción
Una patricia romana comienza a escribir cartas y recuerdos sobre unas tablillas de madera de boj, en las que los antiguos acostumbraban anotar deudas y acreencias, nacimientos, desastres y muertes. Ella se llama Apronenia Avitia y vive en lujosos palacios y en una espléndida villa. A su alrededor el imperio romano se derrumba. Sin embargo, en sus escritos no hay una sola mención a aquella época y sus ruinas. «Vio a Alarico en Roma; pero sólo se cuidó de mencionar el espesor granulado y luminoso de la bruma que se alzaba, o a los pescadores que pasaban, a lo lejos, por el Tíber». Nada sobre las numerosas batallas y las sucesivas invasiones de francos, alamanes, sajones, alanos, hunos y suevos. Nada sobre el conspirador partido de los cristianos.
A cambio, Pascal Quignard construye un sutil artificio histórico, una especie de diario lleno de conmovedoras reflexiones, medio de una atmósfera brutal y decadente. La vida cotidiana de esta patricia pagana está retratada con vivacidad, llena de sardónicas observaciones, olores terrenales, colores y sexo, y también de desagradables y poderosas emociones, igual cuando ella se sienta a comer al lado de su esposo o cuando presiente la proximidad de su propia muerte.
Quignard —ha escrito Marc Lowenthal— ha redefinido la literatura histórica tanto como una broma pesada, como un enigma.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.