Descripción
«Podemos decir que Esopo, los cuentistas de la Edad Media, el Roman de Renart y los relatos orientales de Pilpay y junto con otros fueron la fuente de inspiración para la obra de La Fontaine. El resultado no pudo ser más satisfactorio y los que lean esta obra podrán darse cuenta de ello al recorrer sus páginas. En cuanto a la enseñanza moral que se deduce de las fábulas de La Fontaine, puede decirse que no es ni completa ni perfecta, pues no son precisamente las más sublimes virtudes las que se predican en ellas. Se limita a enseñar en sus apólogos el modo más práctico de salir al paso en medio de los abusos, los principios falsos y las injusticias que andan por el mundo.
Da, sin embargo, muchas veces consejos que merecen tenerse en cuenta, y a muchas de sus fábulas pueden aplicarse conocidos refranes castellanos, a guisa de moraleja.»
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